Si vas a hacer un viaje por el Caribe Mexicano, muy probablemente pases por Cancún, ya que es uno de los lugares mejor comunicados y qué más turismo recibe de toda Quintana Roo. Nosotros comenzamos aquí nuestra ruta de 15 días por la Península de Yucatán y la Riviera Maya.

Llegamos en avión desde Madrid tras hacer escala en CDMX. Antes del viaje dudamos mucho si visitar Cancún valía la pena a sabiendas de que su elevadísima masificación hotelera se ha cargado completamente la esencia de este lugar. Así que sabíamos que este podía no ser nuestro destino soñado, pero por otra parte, nos apetecía ir a la playa nada más llegar a México y había un par de excursiones que nos moríamos de ganas por hacer. Así que finalmente decidimos quedarnos dos noches y descubrir un poquito de Cancún.

Nos invitaron al Hotel Sensira que acababa de abrir sus puertas y desde luego haber podido conocer este maravilloso Resort ha sido una experiencia inolvidable que ha hecho que nuestra visita a Cancún realmente merezca la pena. 

El Hotel Sensira Resort & Spa es un lugar mágico. Un resort que ha abierto sus puertas este 2021 y que te dejará sin palabras. Si decides alojarte en el Sensira, vivirás una experiencia de lujo, elegancia, y confort que no olvidarás. Es un hotel muy grande pero a la vez muy tranquilo. Dispone de su propia playa en la que nosotros tuvimos el placer de estar completamente solos, tiene varias piscinas, zona de juegos tanto para niños como para adultos, un spa donde relajarse y mimarse y mil cosas más que tendrás que descubrir por ti mismo. 

El personal es extremadamente encantador y atento. Disponen de servicio de mayordomo con el que tendrás a una persona que se ocupará de ti y los tuyos durante el tiempo que vayas a estar y se ocupará de que no te falte absolutamente de nada. 

Podrás comer en 4 restaurantes distintos y entre ellos no podemos dejar de destacar el Galerie des Sens, donde el Chef Jhon Bertran te deleitará con su contemporánea y vanguardista cocina de autor. Doce platos en los que las texturas, los colores, los aromas y los sabores no te dejarán indiferente. ¡Qué maravilla haber podido vivir esta experiencia! 

Ahora que ya tenéis claro dónde alojaros en Cancún 😉 Vamos a contaros qué hicimos en esos dos días en Cancún. 

Cancún, excursión a Isla Mujeres e Isla Contoy

Llegamos al aeropuerto desde Ciudad de México. En Cancún es una hora más. Alquilamos el coche con Europcar y fuimos directos al hotel. Como os hemos contado, el Hotel Sensira es espectacular y la habitación que nos dieron era de ensueño. Con Jacuzzi y terraza con vistas a la playa. Estábamos cansados del viaje y en el resort que es todo incluido, preparaban unos margaritas de morirse así que decidimos relajarnos un poco en el hotel, bañarnos en la playa, hacer unas fotos, tomar unos margaritas y simplemente disfrutar de estar en un lugar tan espectacular como ese. 

Cenamos en el restaurante mejicano y nos encantó. Pudimos probar varios platos típicos y muy bien preparados. 

Al día siguiente, nos levantamos prontito y tomamos el desayuno en la terracita de la habitación. y nos preparamos porque ese día íbamos a hacer la excursión a Isla Mujeres e Isla Contoy. 

A las 8 de la mañana salimos con el coche hacia el hotel donde habíamos quedado para hacer la excursión. Desde ahí nos llevaron a Punta Sam donde pagamos el impuesto correspondiente y nos dieron unas pulseras para poder subir al barco. En Punta Sam esperamos un montón a que saliese el barco. Mi teoría es que todas las empresas que ofertan la excursión a Isla Muejres e Isla Contoy son la misma y todos vamos en el mismo barco. Solo cambia quien te va a buscar al hotel y a quien le pagas. Pero una vez llegas a Punta Sam, nos juntan a todos. 

Por fin nos subimos al barco y la tripulación fue súper maja. La verdad es que animaron mucho el viaje. Mientras navegamos hacia Isla Contoy nos tomamos dos margaritas que nos supieron a gloria. A la hora y media de viaje se para para hacer snórkel. Dependiendo de cómo esté el mar, se nada en el  arrecife Islache o en frente de Isla Contoy. Nosotros  lo hicimos frente a Isla Contoy. Por razones de conservación solo se puede estar un ratito en el agua viendo el arrecife así que dividen a las personas que se quieren bañar en grupos y cada grupo va con un guía al que tienen que seguir en todo momento. Nosotros, cuando nos bajamos del barco con el equipo de snorkel puesto y con ganas de nadar y ver el arrecife, tuvimos que seguir al guía nadando súper deprisa, se daba la vuelta a las rocas y volver. El guía nos metía mucha prisa para volver. No nos gustó mucho. 

Llegamos a Isla Contoy, una isla virgen a la que solo pueden acceder unas pocas personas al día. Nadie vive ahí y no hay comercios de ningún tipo. Al llegar te dicen que dispones de una hora libre para recorrer la isla, bañarte en el mar y hacer fotos. Pasada esa hora, puedes ir a comer a la entrada de la playa donde tienen montado una especie de buffet libre y comer en uno de los banquitos de madera. 

En la época precovid, estaba abierta toda la isla y podía recorrerse sin problema pero ahora solo están abiertos un par de caminos. Aún así vale muchísimo la pena. Nosotros fuimos primero a la laguna de los pájaros donde pudimos ver muchas aves y disfrutar de los manglares, luego recorrimos el pequeño sendero que estaba abierto, dejándonos embaucar por la exorbitante vegetación y finalmente fuimos a la playa. Una playa paradisíaca de verdad. Con el agua cristalina, la arena clara y brillante, muy pocas personas, muchos cocos y mucha calma. Ir a isla Contoy es un imprescindible si vas a Cancún. Disfrutamos muchísimo pudiendo simplemente pasear por la playa, darnos un relajante baño y ver preciosas iguanas y cangrejos ermitaños.

Es importante remarcar que en Isla Contoy está prohibido el uso de cualquier tipo de protector solar así como fumar. Los químicos presentes en estos productos dañan los corales del fondo marino y en toda la Riviera Maya se toman muy enserio la protección de estos ecosistemas. No se permite ni el uso de protector solar biodegradable.

Después de comer y darnos un último baño, nos volvimos a subir en el barco y esta vez pusimos rumbo a Isla Mujeres. Este lugar muchísimo más turístico y poblado se encuentra a una hora y media en barco. Al llegar, nos dejaron en playa centro y nos dijeron que disponíamos de una hora para estar por la isla y luego tendríamos que volver al mismo punto. En Isla Contoy, una hora es más que suficiente para recorrer la isla porque es realmente pequeña pero en Isla Mujeres la cosa cambia porque es mucho más grande y una hora se queda muy muy corto. La playa más conocida y concurrida de Isla Mujeres es playa Norte, que se encuentra a 15 minutos del punto donde te deja el barco. 

Isla Mujeres nos pareció una parada bastante prescindible. Es muy turística, está muy muy llena, hay muchísimas tiendas, bares, restaurantes y hoteles. La playa Norte es muy bonita pero contrasta muchísimo con la de Isla Contoy. Está llena de gente y de barcos. Entre que llegas a la isla, te ubicas, ves donde quieres ir y llegas, ya se te ha pasado la hora y tienes que volver. 

Creemos que tendría muchísimo más sentido que te dejaran más tiempo libre en Isla Contoy y si quieres conocer Isla Mujeres yo le dedicaría más tiempo o incluso me alojaría allí alguna noche. Aún así, pasear por Isla Mujeres fue agradable y lo pasamos bastante bien. 

De Isla Mujeres a Punta Sam fueron solo 20 minutos y en el barco había animación y barra libre. Y con un margarita todo se hace mucho más ameno. 

Llegamos al hotel Sensira por la tarde, nos dimos una buena ducha y  luego cenamos en el restaurante Galerie des Sens del que ya os hemos hablado. Después de esa increíble cena, nos dimos un baño en el jacuzzi con vistas al mar que nuestro Mayordomo se había encargado de de dejarnos preparado. 

Con mucha pena, al día siguiente nos levantamos bien tempranito, tomamos el último desayuno en esa habitación tan bonita y nos fuimos a Chiquilá donde cogeríamos el ferry a una de la que ya es de nuestras islas favoritas del mundo: Holbox.