5 días en Sofía y alrededores

Bulgaria es un país situado al Este de Europa rodeado por Rumanía, Serbia, Grecia, Macedonia y Estambúl. Aunque Bulgaria es, según la constitución, un país laico, la gran mayoría de sus habitantes se consideran cristianos ortodoxos y un pequeño pero creciente porcentaje practica el Islam. Esta mezcla de religiones y culturas es un símbolo del país, pero sobretodo de su capital, Sofía, donde te sorprenderá la cantidad de templos religiosos que se pueden visitar.

Decidimos visitarlo en diciembre y fue una decisión estupenda. Sofía estaba preciosa, ya se sentía el espíritu navideño con sus mercados en la calle y sus luces iluminando la ciudad. Eso sí, hacía mucho frío. Nosotros llevamos unos buenos abrigos, guantes y botas y la verdad es que no lo pasamos mal. Pero frío, hacía.

Este fue el itinerario que seguimos. Nos hubiera encantado hacer muchas más excursiones porque Bulgaria es un país que tiene muchísimo que ofrecer, pero no disponíamos de más tiempo. Aún así, los lugares que decidimos visitar nos encantaron y tampoco nos faltó tiempo para ver la capital.

  • Día 1: Viaje
  • Día 2: Visitar Sofía
  • Día 3 Excursión al Monasterio de Rila e Iglesia de Boyana
  • Día 4: Excursión a Plodiv
  • Día 5: visitar Sofía

SOFÍA EN DOS DÍAS:

Salimos de Madrid por la noche y llegamos de madrugada. Cambiamos unos euros por Levas en el aeropuerto y recogimos el coche que habíamos alquilado. Hechos todos los horribles trámites del aeropuerto, nos dirigimos al hotel Diter situado en el centro de Bulgaria donde dormimos como angelitos porque estábamos agotados y teníamos mucho frío.

Al día siguiente amanecía fría la capital búlgara y nosotros nos moríamos de ganas de recorrer cada rinconcito. Nos pusimos los abrigos y por supuesto lo primero que hicimos fue buscar un buen sitio donde desayunar. Sofía es una ciudad muy barata (lo que nos facilitó el viaje inmensamente) así que no tendréis problemas para comer bien y que vuestro bolsillo no tiemble ¡Qué maravilla!. La ciudad es muy curiosa: es fría por el día, no solo en el sentido literal de la palabra, es incluso un poco gris, triste, pero muy acogedora y con mucha vida por la noche. Está repleta de iglesias de todas las religiones, tamaños, colores y formas. Vimos tantas que de alguna incluso me cuesta acordarme, pero todas le dan un toque a la ciudad precioso y la hacen aún más pintoresca. Hay calles más decadentes y descuidadas que se mezclan con grandes avenidas de edificios comunistas. A mi desde luego me cautivó y creo que es una ciudad que merece mucho la pena visitar.

A continuación te dejamos los imprescindibles de Sofía:

Catedral de Alexander Nevski

La catedral de Sofía dedicada a Alexander Nevski es probablemente el icono más reconocible de la capital búlgara. Con sus casi 3.200 metros cuadrados y capacidad para 10.000 personas, no es solo la iglesia más grande de Bulgaria, sino una de las mayores iglesias ortodoxas del mundo. Construida a principios del siglo XX en estilo neobizantino, es una de las iglesias mas recargadas y exageradas que he visto en mi vida. No podría decir cuantas estampas, muebles, velas y demás ornamentos tiene, pero es realmente abrumador. Notaréis que la gente en Sofía se toma muy enserio la religión y los rituales al rezar. Verlo es realmente fascinante. ¡Entrad que es gratis!

Mezquita Banya Bashi

La Mezquita Banya Bashi se encuentra cerca de la Iglesia Sveta Nedelya . La Mezquita sigue siendo un lugar de culto para la comunidad musulmana. Es un templo sobrio y no demasiado atractivo por fuera pero muy sencillo y bonito por dentro. Merece la pena entrar y disfrutar de la colorida luz que penetra a través de las vidrieras y alumbra los elegantes motivos rojos dibujados en las paredes y la alfombra de terciopelo rojo donde los musulmanes rezan. (Entrada gratuita. De 5 a 20h).

El Museo Regional de Historia de Sofía en el antiguo Palacio de los baños de Sofía

El edificio de principios del siglo XX, uno de los más bonitos de la ciudad. En él estaban los Baños de aguas termales de Sofía. Si tienes tiempo, el museo recoge una colección de arte búlgara de numerosos estilos y épocas que creo que vale mucho la pena.

Mercado Central

El mercado central es el paraíso de los comestibles, sobre todo si te gustan los dulces. Leerás por aquí que en este mercado podrás probar el auténtico sabor de Bulgaria y que es uno de los principales atractivos de la ciudad, pero no quiero que te hagas falsas expectativas, es un mercado antiguo, con muchísimas tiendas que no tienen ningún interés, alguna pastelería con dulces típicos y cosas así. Nosotros compramos aceitunas en un puesto de encurtidos, pero tampoco estaban muy ricas (y eso que a mi me vuelven loca). Ve, da una vuelta, que es gratis y es curioso, pero no te esperes un precioso mercado artesanal y tradicional con aromas y sabores porque no vas a encontrar eso. (de lunes a viernes de 7 a 22h).

Sinagoga de Sofía

Sinagoga Central de Sofía: Situada detrás del mercado central de Sofía, es la sinagoga sefardita más grande de Europa. Es realmente muy grande. Fue construida a principios del siglo XX y es una visita muy recomendable porque en pocos sitios puedes encontrar los templos de las tres religiones monoteístas en un espacio tan pequeño. La Mezquita Banya Bashi, la Sinagoga y la Iglesia Sveta Nedelya están prácticamente una al lado de la otra. La sinagoga por dentro es muy llamativa ya que posee todos los elementos típicos de esta religión y un rabino que te explicará toda la historia de la sinagoga en un español muy difícilmente comprensible, pero que te resultará tremendamente adorable (Tarifa de entrada: 3 BGN. El horario de visitas suele coincidir con las horas de luz).

Catedral Sveta Nedelya

La Catedral Sveta Nedelya fue construida inicialmente durante el siglo X y posteriormente derruida en su totalidad en 1856. Hasta finales del siglo XIX no se reconstruyó. Es una típica iglesia ortodoxa con una cúpula de más de 30 metros. (Entrada gratuita de 8 a 18h).

Bulevar Vitosha

Sofía es la capital de la cultura de cafetería. En el Bulevar Vitosha podrás encontrar locales de de lo más variopintos donde disfrutar de un riquísimo café, un té o una rica cerveza porque locales para comer, tomar unas tapas o disfrutar de un refrigerio sentado en una terracita, tampoco faltan. Realmente me encantó este bulevar y las calles colindantes. Comimos muy bien, lo pasamos bien de noche y el ambiente me pareció maravilloso. ¡Id!.

Iglesia Rotonda Sveti Georgi

Iglesia Rotonda Sveti Georgi: Esta pequeña iglesia redonda es el edificio más antiguo de la ciudad. Data del S. IV y está en un patio interior justo al lado de la Presidencia. A nosotros nos costó encontrarla. Es más, desistimos y el último día la vimos por casualidad. Por fuera es una auténtica monada. Y la zona en la que está es muy chula. EL interior no me gustó demasiado. (Entrada gratuita. No se permiten fotos. De 11 a 17h).

Estatua de Santa Sofía y ruinas

Estatua de Santa Sofía y ruinas: En la céntrica plaza de Nezavisimost podemos encontrar la estatua de Santa Sofía, patrona de la ciudad. Esta plaza se construyó sobre las antiguas ruinas romanas de la ciudad y si quieres podrás ver parte de estas ruinas.

Palacio Real

Palacio Real: El rey Knyaz Alexander Battenberg vivió en este gran palacio neorrenacentista. Hoy alberga la Galería Nacional y el Museo Etnográfico Nacional. Nosotros no entramos porque no teníamos tiempo, así que solo pudimos verlo por fuera. Es muy curioso el contraste entre el palacio que parece un pastelito y las imponentes iglesias ortodoxas. (Galería Nacional de 10:00 a 18:30, precio 10 BGN).

Casa del Pueblo y la Presidencia

Casa del Pueblo y la Presidencia: Estos dos edificios están muy cerca uno del otro. La Casa del Pueblo era la sede del antiguo partido comunista búlgaro y es un imponente edificio típico de los regímenes comunistas. Por su parte el principal interés del edificio de la Presidencia radica en presenciar el cambio de guardia (se realiza cada hora). Nosotros lo vimos por casualidad y, aunque es curioso, tampoco es imprescindible. Yo me pasaría por aquí y me fijaría en el edificio porque realmente recuerda a esos edificios de hormigón comunistas que se ven en las películas. Pero tampoco tiene mucho más interés.

Teatro Iván Vazov

El teatro Iván Vazov recibe este nombre para rendir homenaje a uno de los escritores búlgaros más importantes. Construido en estilo neoclásico, posee un pórtico adornado con un friso que representa a Apolo y las Musas. Los jardines que tienen delante son muy bonitos, perfectos para descansar un poco de tanto turismo y relajarse observando el precioso teatro.

Iglesia Rusa de San Nicolás

En la Iglesia Rusa de San Nicolás tiene lugar una curiosa tradición: todos los días, tanto búlgaros como turistas, bajan a la cripta a dejar cartas escritas a mano en la tumba del arzobispo Serafín. Le piden salud, riqueza, felicidad y no se sabe cuántas cosas más. Hay hasta una mesa reservada para que te puedas sentar y escribir tu carta tranquilamente. Por lo demás, la iglesia por dentro no vale nada, pero por fuera es muy graciosa. Pasaos que es muy entretenido y está situada en lo alto de una colinita rodeada de jardines y arbolitos. (Entrada gratuita. Fotos no permitidas. Abierta todos los días de 07:30 a 18h).

Las ruinas de la antigua Serdica Romana

Alrededor de la parada de metro Serdika, nos encontramos con las ruinas de la antigua ciudad romana de Serdica. Hay una parte al aire libre y otra bajo una cúpula.

 


EXCURSIONES DESDE SOFÍA:

Plovdiv y al Monasterio de Bachkovo

Decidimos pasar un día entero recorriendo Plodiv y el Monasterio de Bachkovo. Plodiv ha sido este año capital Europea de la Cultura y es una de las ciudades más antiguas de Europa. Esto puede comprobarse visitando el antiguo teatro Romano que fue construido en el siglo II d.C durante el principado de Trajano. El teatro Romano es una auténtica maravilla. Es precioso, está muy bien conservado y tendrás vistas a toda la ciudad desde su parte más alta. De verdad que vale la pena pasar un buen rato ahí.

Verás por todo el prueblecito preciosas casas que mezclan madera oscura y vivos colores. Son las casas del siglo XVII, vivientes obras maestras del Renacimiento Búlgaro. Simplemente pasear por las callejuelas y poder verlas es una pasada.

Otro lugar que me encantó fue el Museo Etnográfico de la ciudad. No entramos porque era carísimo y tampoco nos interesaba mucho pero por fuera es una joyita.

Por lo demás yo me dejaría llevar, disfrutaría de la pequeña ciudad caminando mucho, parándome en las tiendecitas, apreciando las pinturas callejeras, tomando algo en una de sus muchas cafeterías y por supuesto iría al teatro Romano que no tiene desperdicio.

Desde Plodiv fuimos al Monasterio de Bachkovo, que es el segundo monasterio ortodoxo más importante después de el de Rila. Aunque originalmente fue construido durante el siglo X, posteriormente se derruyó y se volvió a construir durante los siglos XV y XVI. Es un monasterio muy bonito, aunque si vais a visitar el de Rila, este es muy prescindible. El entorno no está muy cuidado y en el de Rila podréis ver pinturas y motivos mucho más bonitos.

Monasterio de Rila

Los orígenes del monasterio de Rila se remontan al siglo X cuando en el pueblo de Skrino un hombre decidió recluirse en una cueva a 50km para un retiro espiritual. Ese hombre, Juan de Rila, se convertiría en el primer ermitaño de Bulgaria:  Ivan Rilski. Y esa cueva, que se puede visitar y nosotros, de hecho, la visitamos (luego os contamos como podéis hacerlo vosotros) se encontraba cerca de las montañas de Rila.

Muchas son las leyendas que se han contado sobre este curioso personaje, como si del Francisco de Asís búlgaro se tratase. Se convirtió no solo en Santo, sino en uno de los padres de la espiritualidad de la Iglesia ortodoxa.

A su muerte, en 946, se le enterró en la misma cueva donde había vivido, y no fue hasta el siglo XV cuando sus restos se trasladaron al monasterio de Rila.

El monasterio de Rila es el más grande y más importante de Bulgaria. Ha tenido un rol fundamental como centro espiritual, educativo y cultural del país, desde la Edad Media hasta la ocupación otomana y, en particular, en el llamado “Renacimiento búlgaro” –siglos XVIII y XIX–, cuando se convirtió en baluarte y protector de la cultura nacional.

Es uno de los monumentos más visitados del país, además de haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Hay una cosa que sin duda llama la atención, y es que tras tantos siglos de historia como tiene este monasterio, solo hay un edificio, la Torre Hreliova que data del siglo XIV, mientras que el resto de los edificios del monasterios fueron construidos en el siglo XIX. Esto se debe al incendio que destruyó el Monasterio a comienzos de siglo.

Es un lugar impresionante que sin duda merece la pena ser visitado. Sus frescos con miles de detalles y preciosos colores harán que no puedas apartar la vista, sus miles de motivos típicos de la Iglesia Ortodoxa te dejarán prendado. Es un Monasterio lleno de detalles, colores y formas que te transportarás a otra época.

El Monasterio posee un museo religioso donde te contarán, a través de elementos que estuvieron alguna vez en el monasterio, la historia de este. Encontrarás manuscritos, cruces, muchas cruces, más cruces y otras cosas, pero, sobre todo, cruces. Si no dispones de mucho tiempo y los motivos religiosos no te apasionan, no te recomiendo entrar.

Excursión a la cueva de Iván Rilski: después de leer tantas cosas sobre este señor y saber que la cueva en la que vivió estaba tan cerca, no pudimos hacer otra cosa que ¡ir a visitarla!. De detrás del monasterio de Rila parte una estrecha carretera. Al cabo de 4 km. hay un pequeño parking bien señalizado donde se puede dejar el coche, y ahí empieza el sendero que lleva a la cueva.

Aunque no es un camino largo, no es especialmente fácil. Se trata de trepar por la ladera de la montaña y hay trechos en los que avanzar es algo complicado y por eso es recomendable llevar buen calzado con suela gruesa. Nosotros nos acabamos mojando un poco en un charco. Eso sí, todo está bien señalizado y no hay forma de perderse.

Es un paseo bonito por el bosque y la cueva, que no es más que un agujero en unas rocas, es muy curiosa. Puedes encontrar papelitos que deja la gente y algunas cosas como velas y estampitas de santos y vírgenes.

Aprovechamos para comer en el restaurante pegado al Monasterio donde disfrutamos de una comida típica búlgara que estaba estupenda.

Iglesia de Boyana

Declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es una pequeña iglesia situada a 8 km en las afueras de Sofía. Solo por ver esta preciosidad, valió la pena el viaje.

Los frescos del siglo XIII que revisten su interior son una maravilla de otro planeta. Están perfectamente conservados y pueden apreciarse los colores y las formas que se realizaban en la antesala del renacentismo. Observar las expresiones en los rostros y disfrutar del comienzo de la perspectiva es fascinante, tanto que podría haber estado admirando el interior de la iglesia durante horas. Una visita obligatoria para los amantes del arte y los no tan amantes.

La iglesia se encuentra en la montaña de Vitosha, donde podrás encontrar muchas rutas de senderismo. Si dispones de tiempo, creo que son muy recomendables.


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