Valladolid, Chichén-Itzá y los cenotes

Llegó el momento de despedirnos de uno de los lugares más especiales del mundo, dejamos Holbox atrás y ponemos rumbo a Valladolid y a las pirámides de Chichén Itzá. 

Cogimos el Ferry de Holbox a Chiquilá a las 5 de la mañana. Chichén Itzá abre a las 8 de la mañana así que queríamos estar lo antes posible para evitar colas y poder disfrutar del lugar lo más vacío posible (y sin duda fue un acierto). La carretera es algo complicada, pasamos por muchas zonas rurales sin apenas servicios y nos costó encontrar una gasolinera donde parar a repostar (no forcéis mucho el depósito) y un banco donde poder sacar dinero para disponer de efectivo.

Chichén Itzá

Finalmente conseguimos nuestro objetivo, llegamos a las 08:00 con dinero y combustible, y pudimos comprar algo de desayuno en la gasolinera que encontramos. Dejamos el coche en el parking de Chichén Itza (cuesta 80 pesos todo el día) y nos dirigimos a la entrada para comenzar nuestra visita.

Puedes visitar las ruinas por tu cuenta o con un guía oficial. Nada más llegar se os ofrecerán guías en la puerta, así que es muy fácil contratar a uno en el momento. Nosotros ya lo habíamos contratado previamente porque la Oficina de Turismo de Yucatán nos recomendó hacer la visita con Abel Padilla, que según ellos es el mejor guía para ver Chichén Itza. Nos costó 50€ (no es que sea barato), pero la visita estuvo muy bien, si queréis contactarle responde al What’s App en el +521985106 4757.

Al llegar a la entrada del recinto vimos que ya había mucha cola para comprar las entradas y además, el guía nos explicó que había que comprar dos entradas distintas. Nosotros simplemente le dimos el dinero de los tickets a él y en 5 minutos estaba de vuelta con todo lo necesario para entrar al recinto arqueológico. Esto nos pareció realmente cómodo y útil. Si contratas guía te saltas la cola.

Templo de Kukulkán

Chichén Itzá fue una de las ciudades-estado más importantes de la América prehispánica y es uno de los sitios arqueológicos más visitados de México. Está dividido en dos partes relativamente bien diferenciadas. La parte principal es en la que se encuentra la gran pirámide a la que llaman El Castillo o Templo de Kukulkán (la típica foto que todos conocemos), el Templo de los Guerreros con el grupo de las 100 columnas y el juego de la pelota. Estos tres monumentos son los mejor conservados y de los que se tiene más información. En la otra parte se encuentran el Observatorio, el Osario, el Caracol y otras increíbles ruinas Mayas. También podemos visitar el cenote sagrado en el que no está permitido el baño.

Ruinas de Chichén Itzá

Nosotros nada más entrar, vimos la pirámide principal y como habíamos llegado tan pronto, no encontramos apenas gente y pudimos hacer muy buenas fotos.  Vale mucho la pena pegarse el madrugón para poder admirar esa maravilla sin gente alrededor. Aún así, tenemos que decir que durante todo el recorrido no vimos demasiada gente ni aglomeraciones frente a las ruinas. 

El guía paraba tranquilamente delante de cada ruina y ayudándose de una tablet nos contaba la historia del monumento, curiosidades, leyendas… y nos enseñaba reconstrucciones y dibujos. Nos encantó hacer la visita así porque pudimos entender mucho mejor la historia Maya e imaginarnos como eran esos edificios y para qué los usaban. Con cada ruina que veíamos, me alegraba más de haber contratado un guía.

Nos enseñó la parte principal: la gran pirámide, el juego de la pelota, el templo de los guerreros y las 100 columnas. Ahí terminó su visita. Luego estuvo charlando un rato con nosotros y nos enseñó algunos time lapses del amanecer y el atardecer que había grabado con su móvil, una auténtica preciosidad.

Según el guía, solo faltaba por ver un cenote y el centro de astronomía pero cuando llegamos a la segunda zona de ruinas, vimos que había muchísimas más. No sabemos por qué no nos enseñó esta parte porque había grupos con guías que si la estaban viendo. En cualquier caso, os recomendamos que os informéis y preguntéis.

El paseo por las ruinas Mayas me estaba encantando, no solo es interesantísima su historia, sino que los edificios y restos arqueológicos son realmente bonitos y están en un entorno privilegiado.

Mercadillo en Chichén Itzá

El cenote, sin duda alguna, fue lo que menos nos gustó. Para llegar hay que pasar por calles con miles de puestos con comerciantes muy pesados que acosan mucho. Este es el cenote sagrado donde las leyendas dicen que se hacían sacrificios humanos y, debido a esto, a principios del siglo XX, un cónsul estadounidense lo compró, lo dragó y extrajo todos los objetos que pudo encontrar. Años después, el gobierno de México inició disputas legales para recuperarlo y cenote estuvo en «tierra de nadie» hasta que en 2008 México por fin lo recuperó. No está en las mejores condiciones ni es especialmente bonito.

Hace mucho calor y en muchas zonas escasean las sombras, así que recomendamos llevar agua, sombrero y crema solar.

Una vez terminamos la visita nos acercamos al cenote Ik-Kil, que es el más cercano a Chichén Itzá, pero pese a ser relativamente pronto ya había muchos coches en el parking, así que cambiamos de idea y fuimos al cenote Yokdzonot. Este cenote no fue nuestro favorito del viaje, pero nos gustó y está cerca de Chichén Itzá. Nos dimos un baño, nos tomamos unas patatillas y una cerveza que habíamos comprado en una tiendecita antes de llegar y nos fuimos a nuestro hotel en Valladolid. 

Nos alojamos en el Hotel Casa Aluxes. Un alojamiento maravilloso que en realidad es la casa familiar de la chica que lo lleva totalmente reconstruida y adaptada. Un lugar acogedor, pequeño, precioso y que parece un oasis en la ciudad. Todas las habitaciones dan a un amplio patio ajardinado que está increíblemente bien cuidado. Es un hotel lleno de colores, rincones donde respirar, relajarte y disfrutar. La habitación era sencilla pero muy bonita y muy cuidada. El ambiente es amor y paz. El hotel cuenta con un restaurante cuya terraza está integrada en el patio del hotel con un techito. Comimos ahí al llegar y nos encantó. Comida sencilla pero casera. Muy rica y a muy buen precio. De verdad que no podemos recomendar más este hotelito y visitar Valladolid. Está muy cerca de Chichén Itzá y de camino a la Riviera Maya. Aunque Valladolid es turístico (y merece serlo) es un turismo totalmente distinto al del caribe. Es una pequeña ciudad muy mexicana y con mucha historia. Yo creo que si solo se va a visitar la Riviera Maya, parar aquí es muy buena opción porque conoces otra parte de México, otras costumbres y otros paisajes. 

Teníamos la idea de echarnos una siesta y luego salir a ver Valladolid pero estábamos muy cansados y me quedé dormida hasta la 1 de la mañana. Había toque de queda por el COVID y a esa hora ya no se podía salir. 

Nos levantamos a las 5 de la mañana y disfrutamos del hotel. Hicimos fotos, trabajamos un poco con el ordenador en el jardín y a las 8 desayunamos unos huevos Motuleños que son típicos de ahí y quesadillas con longaniza. Los platos que tomamos no están incluídos en el “desayuno básico” pero por 50 pesos más, ofrecen algunas opciones más elaboradas. A nosotros nos lo dieron de cortesía. En todos los desayunos está incluido el pan con  mantequilla y mermelada casera de mango (espectacular) y un bowl de frutas riquísimo. El desayuno fue buenísimo y muy completo

Cenote Samulá

Luego cogimos el coche y fuimos a ver 4 cenotes. Primero llegamos a Samulá y Xkeken, están al lado el uno del otro (comparten parking) y nos costó 120 pesos por los dos más un chaleco salvavidas obligatorio que te cuesta 40 pesos y tienes que alquilar en cada cenote. Esto es un robo y no nos gustó nada. Para acceder a los cenotes hay que atravesar muchas tiendas con vendedores acosadores y niños que te persiguen. Se supone que tiene que ser una experiencia de conexión con la naturaleza y no es así. Hay mucha parafernalia y sientes que estás entrando en la piscina del Aquópolis. Había mucha gente y un socorrista muy pesado que pitaba todo el tiempo.

Luego fuimos a los cenotes Aguadulce y Palomitas. También están pegados y tienen el mismo párking. Nos gustaron mucho más. Lo lleva una familia y nos encantó porque el chico nos acompañó, se quedó con nosotros y estábamos solos. Espectaculares los dos cenotes. Muy muy guays. No tuvimos que ponernos el chaleco. Luego el chico bajó con nosotros, saltó desde lo alto y lo pasamos fenomenal. Muy recomendado, tanto que se convirtió en mi favorito. Nos planteamos comer en el restaurante de estos cenotes pero no nos gustó demasiado la pinta y nos tomamos solamente unas cervezas. 

Creemos que vale la pena alejarse un poco de Valladolid porque hay algunos cenotes que son mucho menos turísticos que los que están pegados a la ciudad y realmente bonitos. 

Iglesia de San Servacio (Valladolid)

Luego fuimos al hotel y comimos ahí unas  hamburguesas que estaban muy ricas y eran muy grandes. Descansamos, trabajamos un poco y se nos hizo tarde (es que en ese hotel se está en la gloria). Finalmente salimos a las 19:00, dimos una vuelta por la preciosa ciudad de Valladolid, recorrimos la calzada de los Frailes, disfrutamos de sus encantadoras tiendas, encontramos muchos restaurantes chulos y finalmente llegamos al Convento de Sisal. 

Calzada de los Frailes

Hay dos plazas importantes en la ciudad unidas por la Calzada de los Frailes. Hacer este recorrido es lo que vale la pena y no te lleva mucho tiempo, si sales de esas zonas turísticas el resto parece que no vale mucho. 

Todos los días, menos los lunes, a las nueve de la noche proyectan un espectáculo de luces con imágenes de la historia de Valladolid en el Convento de Sisal. Lo puedes ver sentado en el suelo muy a gusto y es una manera muy entretenida de aprender más sobre la ciudad.

Vale la pena pasar por Valladolid si quieres ver Chichén Itzá por su cercanía y por tener un sitio donde dormir y descansar. Valladolid es muy mono, hay muchos cenotes alrededor y el hotel vale muchísimo la pena. 

Después del espectáculo nos fuimos a dormir al hotel y al día siguiente desayunamos huevos estrellados y cogimos el coche a las 8:30 para poner rumbo a la famosa Laguna de Bacalar

Lo mejor de Valladolid

El Hotel Casa Aluxes

La magia del Templo de Kukulkán

Lo peor de Valladolid

Las carreteras para llegar a Valladolid

Los cenotes más concurridos

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