¿Merece la pena visitar la Laguna De Bacalar?

Tras pasar dos estupendos días en Valladolid cogimos el coche temprano para ir a nuestro siguiente destino, Bacalar.

Bacalar es un pequeño pueblo conocido por su impresionante laguna de agua dulce de 40 kilómetros de largo. Conocida como la Laguna de los 7 Colores o Laguna de Bacalar, es un lugar realmente único rodeado de manglares que destaca por sus increíbles colores de tonos turquesa. En los últimos años su popularidad ha aumentado notablemente provocando una explosión de turismo que desgraciadamente no ha ido acompañada de un plan de protección ambiental que se encargue de proteger este delicado ecosistema. Además, el impacto de la deforestación, las tormentas tropicales que arrastran aguas fecales de las alcantarillas desbordadas y la filtración de agroquímicos derivados de los campos de su alrededor, ponen en riesgo su capacidad de regenerarse cada vez que sufre un episodio nuevo de contaminación. En consecuencia, la laguna ha perdido muchos de sus tonos verdes y los turquesa están cerca de desaparecer.

Laguna de Bacalar

El año 2020 fue una temporada inusualmente activa de huracanes y las lluvias torrenciales de la tormenta Cristóbal sobrepasaron el límite qua la ya frágil y contaminada laguna podía soportar haciendo que esta perdiera totalmente sus exóticos y llamativos colores.

Nosotros antes de ir habíamos leído mucho sobre este lugar y aunque sabíamos que no íbamos a encontrarnos el paraíso que un día fue, y dudamos mucho de si merecía o no la pena acercarnos, no queríamos perdernos la oportunidad de conocer un lugar tan único en el mundo como este. ¡Y solo puedo decir que ojalá nos hubiéramos quedado más tiempo!

Nada más llegar fuimos a comer a un restaurante llamado El Taco Loco situado justo en frente de la laguna. Aunque fue bastante barato y a nosotros nos hizo el apaño, no lo recomendamos mucho.

Así era nuestro catamarán

Habíamos reservado una excursión en catamarán por la laguna con la empresa Bacalar Sailing. Lo llevan unos chicos majísimos y tienen un catamarán pequeño a vela donde hacen excursiones privadas. Es la manera más cómoda y placentera de conocer la Laguna. Nos subimos en el catamarán, nos pusimos cómodos y disfrutamos del increíble paisaje mientras nos contaban curiosidades de ese maravilloso lugar. Tuvimos la mala suerte de reservar la excursión el día más gris de todo el viaje y eso, sumado a la actual situación de la laguna, impidió que pudiésemos apreciar los colores del agua. ¡Qué decepción!

Durante la excursión paramos en distintos puntos de la laguna y nos dimos un bañito en sus aguas. Los chicos de Bacalar Sailing nos contaron que desgraciadamente la Laguna de Bacalar no estaba pasando por su mejor momento y eso, sumado a la pandemia por el COVID-19, también afectaba mucho a los negocios locales que vivían del turismo.

Disfrutando de nuestra excursión accidentada

Como hemos dicho, el día estaba realmente gris y nos llovió un poco a la vuelta. Tuvimos que resguardarnos en los pequeños camarotes del catamarán y cuando por fin amainó había desaparecido todo el viento (necesario para navegar en una embarcación a vela). Nos paramos completamente y tratamos de avanzar haciendo un eterno zigzag de lado a lado de la laguna hasta que finalmente se dieron por vencidos y pidieron a otra embarcación a motor que viniera a remolcarnos.

Quizás no fue la excursión que teníamos en mente, pero fue toda una aventura y lo pasamos bien. Estamos seguros de que recorrer la laguna con ese catamarán tan estupendo un día de sol con los vibrantes colores de la laguna en todo su esplendor, tiene que ser una auténtica maravilla.

Tras llegar al muelle fuimos a nuestro alojamiento, el Hotel Casa Bakal. Elegimos este lugar porque nos lo recomendaron ya que está en la zona menos afectada y donde el agua más conserva sus increíbles colores, y tengo que decir que fue uno de los mejores hoteles o por lo menos más bonitos en los que estuvimos en México. La Laguna de Bacalar está en su práctica totalidad rodeada por hoteles y hay muy poquitos accesos públicos, por lo que recomendamos invertir un poco y alojarse en uno de los hoteles con acceso directo a la laguna porque realmente valen la pena. Y especialmente en el que nos alojamos nosotros. Tiene habitaciones normales y 3 cabañas con vistas a la laguna. Nosotros nos alojamos en una de estas cabañas y fue una experiencia maravillosa. Todo el hotel es espectacular, la cabaña era preciosa y todos los detalles estaban muy cuidados. Pero sin duda lo mejor es la inmensa cristalera frente a la cama que da a una terraza con vistas a la laguna. Despertarse por la mañana y ver salir el sol desde la cama mostrando la laguna en todo su esplendor es una auténtica gozada. Además, el hotel incluye kayaks y paddle surf para poder usarlos por la laguna libremente.

Nuestra cabaña en el Hotel Casa Bakal

Tras descansar un poquito en el hotel cogimos el coche y fuimos a cenar al pueblo al restaurante Nixtamal. Es un asador precioso, muy bien puesto, con música en directo, una ambientación muy chula y platos muy elaborados. Sin embargo, nos pareció que la comida no estaba tan rica y era muy caro.

Al día siguiente nos despertamos pronto y vimos el amanecer desde nuestro hotel. Nos quedamos absolutamente maravillados con ese lugar, hacía mucho sol y pudimos ver los colores tan preciosos que tenía el agua. Pensamos que si eso era la laguna debilitada y dañada, no nos podemos imaginar como sería antes.

Decidimos coger unos paddle surf y nos fuimos a recorrer las aguas de la laguna. A la ida fuimos genial y nos encantó el paseo. Pero a la vuelta nos vino el viento de frente y era imposible avanzar. Se nos hizo muy muy duro y realmente nos costó llegar al hotel. No somos expertos pero hemos hecho Pádel Surf más veces y nunca lo habíamos pasado así de mal. Recomendamos preguntar el mejor recorrido para que no os pase como a nosotros. 

Piscina del Hotel Casa Bakal

Luego volvimos al hotel y desayunamos en la terraza frente a la piscina, nos dimos un baño y fuimos muy felices. Hay una parte de buffet libre y luego una carta de la que eliges un plato y estaba todo riquísimo. Otra cosa que nos encantó del hotel fue la rapidez del check-in y el check-out. Muchísimo más rápido que en otros hoteles. 

Por último, hicimos fotos, grabamos y disfrutamos de la cabaña y de ese lugar tan increíble. Recomendamos estar dos noches en Bacalar porque realmente es una maravilla y en la laguna hay un montón de actividades chulísimas que se pueden hacer. Por desgracia nuestra agenda estaba muy apretada y tuvimos que marcharnos rumbo a Tulum donde pasaríamos unos días viendo otras cosas increíbles.

Lo mejor

Nuestro hotel, amanecer allí y disfrutar de una mañana maravillosa

Lo peor

El mal tiempo que nos hizo en la excursión del catamarán

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