Nuestra experiencia en República Dominicana

República-Dominicana

Hace un tiempo os explicamos cuál es nuestro procedimiento a la hora de elegir un destino y, como no podía ser de otra manera, lo aplicamos para escoger República Dominicana como lugar que visitaríamos en nuestras vacaciones.

La decisión fue sencilla. Los vuelos estaban por solo 213€ por persona ida y vuelta, eran directos y nos encajaban los días y horas de salida y llegada. No lo pensamos mucho y empezamos a planear el viaje.

República Dominicana es un país pequeño que comparte isla con Haití. Para que os hagáis una idea la extensión de España es más de diez veces mayor. Sin embargo, no hay que subestimarla si lo que quieres es conocerla en profundidad, ya que no existen tantas carreteras y los desplazamientos no siempre son tan directos como desearíamos. Además, es un país con mucho que ofrecer y al que puedes dedicarle tranquilamente 15 o 20 días sin temor a aburrirte.

Nosotros teníamos solo 10 días y tuvimos que escoger qué partes queríamos ver. Nuestros vuelos, tanto de ida como de vuelta, eran desde Punta Cana. Visto con perspectiva, si lo que quieres es recorrer el país recomendaríamos llegar por Punta Cana y salir por Santo Domingo o viceversa.

Nuestra elección fue dividir el viaje en dos partes: Punta Cana y la Península de Samaná. Para ello alquilamos un coche que nos permitiese recorrer República Dominicana con total libertad.

Punta Cana

Punta Cana es un destino mundialmente conocido por sus playas y su turismo de «todo incluido». Debemos decir que no somos especialmente fans de este tipo de experiencias, pero decidimos darle una oportunidad ya que nos habían hablado bien de los resorts dominicanos. En concreto, un conocido que ha estado en muchos de ellos nos recomendó alojarnos en el TRS Turquesa.

TRS Turquesa Hotel

Este hotel pertenece al Grupo Palladium y se encuentra en un área gigantesca junto a otros tres resorts. El espacio es tan grande que para moverse de un sitio a otro ofrecen carritos de golf con un chofer que te acerca a cualquier lugar de la instalación.

Estos hoteles están pensados para que no salgas de ahí y si sales para que lo hagas con una excursión contratada con el propio hotel. Por ejemplo, alojándote en el TRS Turquesa tienes acceso a cinco piscinas, instalaciones deportivas (pádel, tenis, volleyball, baloncesto, fútbol, gimnasio y mini golf), incontables bares y restaurantes, un teatro, un casino, varias tiendas y, por supuesto, a la playa.

Casi todo lo que te puedas imaginas está disponible dentro de estos hoteles. Sin embargo, a nosotros no acaba de convencernos porque son lugares desde los que es imposible conocer un país. No vemos necesario recorrer miles de kilómetros para meternos una semana en un hotel y no salir de ahí, nosotros preferimos conocer la cultura local, los pueblos donde vive la gente, los restaurantes, etc. Los resorts son una burbuja pensada para los turistas y el concepto «todo incluido» es caro y la comida y bebida que ofrecen no suele ser muy allá. Nuestra sensación en estos alojamientos es la de estar en un parque temático. Definitivamente no es para nosotros.

TRS Turquesa Hotel

Aún con todo esto, ¿recomendaríamos el TRS Turquesa? Si, siempre y cuando desoigáis nuestro consejo de no alojaros en este tipo de hoteles. Nosotros si volviésemos a República Dominicana ni nos alojaríamos en Punta Cana, pero si vais a ir a un resort el que fuimos nosotros está bastante bien. Los hemos visto mucho más cutres y aquí todo estaba bien cuidado, la atención era muy buena y la comida era bastante aceptable.

Excursión a Isla Saona

Durante nuestra estancia en Punta Cana queríamos visitar varios lugares como Playa Macao, la Reserva Ecológica Ojos Indígenas o Isla Saona. Sin embargo, finalmente solo visitamos esta última porque no teníamos muchos días y ya que habíamos pagado por el resort, tenía sentido disfrutarlo.

La excursión a Isla Saona la contratamos en un pueblecillo que había junto a nuestro resort. En el TRS Turquesa también la ofrecían, pero más cara. Nos costó 65 dólares por persona con un tour operador llamado CADINOV y la experiencia no fue muy buena…

Para ir a Isla Saona hay que coger un barco desde Bayahibe, una localidad pesquera situada a 70 kilómetros de Punta Cana. El trayecto en coche es de aproximadamente una hora.

Nosotros habíamos quedado a las 8:30 y vinieron a buscarnos al hotel en un pequeño autobús. Llegaron media hora tarde y luego fuimos a buscar a más gente, estuvimos esperando y nos acabaron llevando a un pequeño área comercial donde estuvimos unos 45 minutos esperando a que llegase otro autobús más grande que sería el que nos llevase hasta Bayahibe.

Todo fue muy lento y muy tedioso, tardamos una barbaridad en llegar y otro buen rato hasta que finalmente nos subimos al barco.

El trayecto hasta Isla Saona fue lo mejor de la excursión. Fuimos en un catamarán bebiendo ron, cantando y bailando. Nos hicieron fotos bastante curradas (que luego te vendían a un precio desorbitado) e hicimos una parada de media hora para darnos un baño en una zona de aguas poco profundas en la que te venden que puedes ver estrellas de mar, pero creo que actualmente ya no se ven. Por favor si alguna vez las veis no las toquéis, ni cojáis, ni saquéis del agua.

Desgraciadamente el día estaba nublado, nos llovió un rato durante el trayecto y luego en Isla Saona cayó otro chaparrón. Nada más llegar nos condujeron hasta una cabaña donde nos dieron la comida, luego tuvimos tiempo libre y finalmente volvimos a Bayahibe en una lancha rápida. Supuestamente la excursión incluía una parada para hacer snorkel y los guías medio obligados nos dejaron bañarnos 5 minutos sin alejarnos de la lancha en una zona junto al puerto de Bayahibe.

Isla Saona es un lugar precioso y paradisíaco que desgraciadamente está demasiado explotado turísticamente (recibe más de 600.000 personas cada año). Sin embargo, casi la totalidad de los turistas acuden con excursiones de un día como la nuestra, ya que en la isla no hay hoteles. Esto supone que todos se juntan en una misma playa y pasa de ser un paraíso a convertirse en un bullicio que destroza la paz y armonía que esperas en un lugar así.

Las excursiones pasan tan poco tiempo en la isla, que no tienes tiempo para explorar nada, por lo que nosotros recomendamos que os quedéis a dormir y disfrutéis la isla más allá de la playa y el rato que te permiten estas excursiones. Hay gente local que ofrece sus casas para alojar a esos pocos turistas que deciden pasar la noche y disfrutar de Isla Saona de otra manera.

Nosotros solo volveríamos si fuese para dormir. La excursión no nos gustó y nuestros guías tampoco.

Península de Samaná

Después de pasar unos días en Punta Cana cogimos nuestro coche de alquiler y pusimos rumbo hacia la parte del viaje que más nos apetecía y que, spoiler, más nos gustó: La Península de Samaná.

El trayecto desde Punta Cana es de algo más de cuatro horas y por el camino puedes hacer paradas interesantes que nosotros no hicimos como La Cueva de las Maravillas, los Altos del Chavón o Santo Domingo. Miradlo porque si tenéis tiempo puede ser interesante.

Nos habían comentado que conducir en República Dominicana es toda una aventura, que están muy locos, adelantan por donde les da la gana… Es cierto, aunque debemos decir que por la autopista se va bastante bien, la cosa se pone más loca en pueblos y ciudades. Eso sí, no te asustes si aparece un coche en dirección contraria, si te adelantan por la derecha o si te cruzas con 4 pasajeros sin casco en una moto de dudosa procedencia. ¡Y cuidado que por la carretera hay controles!

Las Terrenas

Uno de los lugares que más nos gustó de nuestro viaje a República Dominicana fue la zona de Las Terrenas. Es un lugar con playas paradisíacas, accesibles y muy poco concurridas; hoteles con encanto y restaurantes locales. ¡Nada que ver con Punta Cana!

Playa Cosón

Lo primero que hicimos al llegar a Las Terrenas fue ir a conocer dos de sus playas más famosas: Playa Cosón y Playa Bonita. En la primera estuvimos prácticamente solos, nos dimos un baño y comimos de maravilla viendo el mar desde la terraza del Hotel Casa Cosón. En Playa Bonita nos dimos otro baño y disfrutamos de un mojito en Mosquito Bar. Fue una muy sencilla, pero la disfrutamos muchísimo, seguramente fue uno de los mejores momentos de este viaje.

Louisa Apart-Hotel

Más tarde fuimos al que sería nuestro alojamiento durante dos noches, el Louisa Apart-Hotel. Se trata de un complejo de apartamentos premium en un entorno espectacular, con una piscina maravillosa y a pocos metros de la playa.

Al día siguiente nos preparamos para hacer una excursión a Playa Onda y Playa Ermitaño, otras dos playas muy famosas en esta zona, pero a las que se suele ir en barco por ser inaccesibles en coche. Nosotros sabíamos que queríamos visitarlas, pero no lo llevamos previamente contratado, así que lo cogimos con un chico de la playa que nos ofreció el tour privado con comida por 240$. Decidimos hacerlo, pero creo que nos engañaron un poco, o al menos nos pareció innecesario pagar tanto por ver dos playas, así que recomendamos que comparéis precios o vayáis en barcos más grandes con un grupo.

La excursión nos gustó, aunque nos hicieron esperar muchísimo para empezar y luego el barco no arrancaba y se iba calando cada poco tiempo. Una vez en marcha ya fue todo mejor, llegamos a Playa Ermitaño y disfrutamos de ese paraíso de aguas turquesas, arena blanca y palmeras verdes. Nos dimos unos chapuzones y nos prepararon arroz con un pescado delicioso para comer.

playa-ermitaño-república-dominicana
Playa Ermitaño

Playa Onda está muy cerquita de Playa Ermitaño, es muy pequeñita y preciosa, pero nosotros decidimos no parar ahí porque el mar estaba un poco revuelto y el desembarque podía ser peligroso. Nuestro guía propuso ir a Playa Morón y también lo disfrutamos mucho, aunque hay que decir que aquí si se puede llegar en coche. La playa es espectacular, mucho más grande y estaba casi vacía, además tiene un chiringuito para comer o tomar algo.

Después de la excursión volvimos al apartamento, descansamos un rato y salimos a cenar a una pizzería llamada 18 La Playa que nos gustó mucho.

Cascada del Limón

Al día siguiente dejamos nuestro apartamento y cogimos el coche para visitar otro de los puntos más conocidos de la Península de Samaná. Se trata de El Salto del Limón, una cascada muy bonita que se puede visitar dando una caminata.

Cuando estábamos llegando un motorista empezó a hacernos señas y nos preguntó si íbamos a la cascada. Le dijimos que si y nos pidió que le siguiéramos identificándose como trabajador turístico. Nos llevó a un parking de pago, pero decidimos irnos, y es que nosotros teníamos apuntado aparcar GRATIS en la Parada La Manzana.

En La Manzana, no solo no te cobran, sino que puedes usar el baño y tienen una tienda y un restaurante. Desde aquí se puede llegar caminando (por tu cuenta, con guía o a caballo) hasta la cascada. En nuestra experiencia el guía es innecesario y es mejor no fomentar el uso de caballos para estos desplazamientos, así que lo mejor es hacerlo andando por tu cuenta.

El camino puedes recorrerlo en 30-40 minutos, pero es bastante incómodo. Hay subidas, bajadas, rocas y nosotros no llevábamos calzado adecuado y nos encontramos mucho barro y el terreno muy resbaladizo. Fue bastante tortura alguno de los tramos y hasta tuvimos una caída, así que pensad bien si os compensa o no visitar esta cascada.

Una vez llegas hay una zona donde descansar con una pequeña tienda y una taquilla para adquirir tus entradas. Ya solo te quedará bajar una pendiente con escaleras y habrás llegado a la Cascada del Limón.

Salto del Limón

El sitio es muy bonito, aunque hay bastante gente, por lo que recomendaríamos llegar temprano. Cuando fuimos la cascada no tenía mucha agua, pero te puedes dar un baño y se disfruta. Aunque debemos decir que quizá no volveríamos a hacer el camino de ida y vuelta solo para estar un rato disfrutando de la cascada. No nos pareció un imprescindible.

Las Galeras

Llenos de barro y cansados llegamos de vuelta a La Manzana, cogimos nuestro coche y pusimos rumbo a Las Galeras, que sería nuestro siguiente destino en la Península de Samaná. De camino paramos en Santa Bárbara de Samaná para comer y terminamos en un restaurante llamado Santa Bahía de Samaná, es caro, pero comimos muy bien.

Las Mariposas

Las Mariposas fue el lugar donde pasamos la única noche que estuvimos en Las Galeras. Es un hotel sencillo, sin muchos lujos y no está especialmente bien localizado, pero es barato y agradable.

Las Galeras es un pequeño distrito municipal con alrededor de 6000 habitantes. Es una zona tranquila y desde su playa salen cada día embarcaciones para conocer las famosas Playa Frontón y Playa Madama. Desgraciadamente el mar estaba muy agitado y los barcos no podían salir, así que tomamos el plan B y nos fuimos a Playa Rincón.

Playa Rincón

Playa Rincón es accesible en coche, es una playa muy grande y muy bonita, aunque como decimos el día no estaba muy bien, hacía bastante viento y las olas chocaban con fuerza contra la orilla. Según llegas a la playa si vas hacia la izquierda verás que al final hay un chiringuito. Nosotros estuvimos en esa zona y disfrutamos de una comida riquísima y de una piña colada. Es todo muy auténtico y el ambiente era de turistas locales.

Junto al chiringuito hay además un río conocido como Caño Frío que se puede recorrer en unas barquitas. Es una pequeña ruta de apenas 30 minutos que incluye una parada para bañarse en una de las piscinas que se forman entre los manglares.

El Valle

Después de Playa Rincón cogimos el coche para ir a El Valle, que fue la última zona donde nos alojamos en nuestro recorrido por la Península de Samaná. La carretera que llega no es muy buena, por lo que está bastante aislado y es muy tranquilo. Para nosotros fueron dos noches muy especiales por el alojamiento y el entorno que lo rodea.

Unique Exotic Eco Hotel

Nos alojamos en el Unique Exotic Eco Hotel, un lugar precioso que te conecta con la naturaleza. Nosotros dormimos en una cabaña increíble situada en la playa, pero también tienen una zona con habitaciones, el restaurante y una piscina infinita con vistas. Es un lugar maravilloso.

Durante nuestra estancia no hizo el mejor tiempo; llovió mucho y el mar estuvo bastante revuelto, pero disfrutamos de riquísimos desayunos y cenas en el hotel, fuimos a una discoteca local y paseamos por la playa con un montón de preciosos perritos que nos seguían a todas partes.

Excursión a Cayo Levantado y al Parque Nacional de los Haitises

Estando en El Valle volvimos a coger el coche hasta Santa Bárbara de Samaná para hacer una de las excursiones más conocidas de la zona. Se trata de un tour que te lleva a Cayo Levantado y al Parque Nacional de los Haitises.

Parque Nacional de Los Haitises

Como acabamos de comentar el tiempo no estaba siendo bueno, pero el mar estaba bastante más calmado en la parte sur de la Península de Samaná que en la norte, por lo que no había peligro para que zarpase la excursión. El problema fue la lluvia, y es que desde que nos subimos al barco empezó a diluviar y prácticamente no paró ni un momento.

El barco estaba abierto, así que no había donde resguardarse, por lo que todos los pasajeros lo pasamos bastante mal y acabamos calados y congelados. Nos habría gustado que el capitán cancelase el viaje por las condiciones climatológicas, pero el dinero mueve montañas y nuestras ganas de conocer más cosas también. Así que tuvimos una de las peores excursiones que jamás hemos hecho en nuestros viajes.

El tour te lleva primero al Parque Nacional de los Haitises, es un lugar bonito, pero el día estaba tan gris que no lucía demasiado. Una vez allí ves los manglares, visitas unas cuevas con pictogramas realizados por los indios tainos y te cuentan algunas curiosidades.

Cayo Levantado

Después vuelves al barco camino a Cayo Levantado, que es una isla donde básicamente puedes disfrutar de una playa paradisíaca. ¿El problema? el día era de todo menos paradisíaco, así que nos llevaron a comer bajo una cabaña y tomamos un buffet sencillo antes de coger de nuevo el barco para volver a tierra firme, ni si quiera pisamos la playa.

Debemos decir que la excursión no nos encantó ni imaginándonosla con un día radiante. Lo que vimos del Parque Nacional de los Haitises se nos quedó un poco corto y Cayo Levantado, al igual que Isla Saona, está preparado para albergar cientos de grupos de turistas que se juntan cada día a la misma hora destrozando la tranquilidad de un sitio tan especial. Si volviésemos trataríamos de hacer noche en Cayo Levantado o nos quedaríamos en alguna de las playas de la península.


Y hasta aquí nuestro viaje a República Dominicana, os dejamos el vídeo donde mostramos toda nuestra aventura. ¡Esperamos que os guste!

0 Comments

Leave a Comment