Tulum, un punto de partida para conocer la Riviera Maya

Después de conocer la famosísima Laguna de los 7 Colores o Laguna de Bacalar, nuestro itinerario nos llevó a un lugar que teníamos muchas ganas de conocer: Tulum.

Tulum es la zona eco-chic de la Riviera Maya. Una ciudad que parece querer desmarcarse del turismo todo-incluido de Cancún y Playa del Carmen, para cambiar los hoteles mastodónticos y ofrecer un tipo de turismo más respetuoso con el ecosistema, más ecológico, mucho más chic y con hoteles de un diseño único y muy cuidado. 

Tulum tiene dos partes principales, el pueblo, con alojamientos y restaurantes mucho más económicos, y la playa, donde se encuentra la zona hotelera y esos alojamientos de diseño tan fotografiados en Instagram. 

También hay otra zona con algunos hoteles más desperdigados (donde se encontraba el nuestro) en la carretera hacia Akumal. Aquí se sitúan los grandes hoteles todo incluido. Están en medio de la nada y hay que coger el coche para ir a cualquier lugar, pero su concepto está pensado para que no salgas del hotel y si lo haces sea con una excursión contratada y organizada por ellos.

Por nuestra experiencia creemos que la elección de alojamiento es importante en Tulum así que vamos a hacer un repaso rápido de todas las zonas con sus opciones y también os hablaremos del hotel en el que nos alojamos nosotros.

ALOJAMIENTO CON POCO PRESUPUESTO

Tulum Pueblo

Si dispones de un presupuesto muy ajustado, alojarte en el pueblo de Tulum será tu mejor (y probablemente única opción). Nosotros salimos a cenar varias noches por esa zona y nos encantó. Hay callecitas monísimas con mucha vida, tiendas y restaurantes para todos los bolsillos y seguro que hay hoteles bonitos y económicos. La única desventaja de alojarse aquí es que para llegar a la zona hotelera y a la playa, te tomará 20 minutos en coche o autobús, o 1 hora caminando. Y una de las cosas que hacer en Tulum sin duda es ir a la playa.

ALOJAMIENTO EN UN TODO INCLUIDO

En la carretera a Akumal podrás encontrar hoteles como el nuestro: Dreams Tulum Resort & Spa. Son grandes complejos todo-incluido diseñados para que no tengas que salir de ellos en toda tu estancia. A nosotros nos surgió la oportunidad de colaborar con el hotel y como nunca habíamos estado en un hotel de ese estilo, decidimos probarlo y aquí nuestras conclusiones: 

Dreams Tulum Resort & Spa

Es un hotel realmente gigante (puedes tardar más de 15 minutos en ir desde la entrada hasta la playa andando) y está realmente pensado para que no sientas la necesidad de salir de él y como mucho contrates alguna excursión desde el propio hotel. Tiene varios restaurantes, dos piscinas donde sirven cócteles a todas horas, spa donde hacerte tratamientos de belleza, instalaciones deportivas, acceso a la playa y todo tipo de conciertos, actividades y espectáculos.

Si eres una persona muy activa, quieres conocer a fondo Tulum y sus alrededores, moverte mucho por la zona y hacer muchas excursiones, definitivamente, este tipo de hoteles no son una buena opción para ti. Si, por el contrario, eres una persona a la que le no le apetece gastar tiempo en pensar qué hacer ni cuándo, te encanta pasarte el día yendo de la piscina a la playa y viceversa, comer mucho y simplemente relajarte, tomar el sol y disfrutar de no hacer nada, sí creo que un hotel como el Dreams Tulum Resort and Spa podría gustarte mucho.

ALOJAMIENTO EN LA PLAYA (ZONA HOTELERA)

Azulik, uno de los hoteles más populares de Tulum

Por último, si tu presupuesto te lo permite y quieres la comodidad de un hotel con acceso a la playa, pero también quieres salir a cenar y, en general, quieres salir del hotel, yo me alojaría en la zona hotelera. 

Los hoteles que hay ahí tienen mucha personalidad, dan a la playa (que no todas las playas son accesibles), tienen la zona arqueológica muy cerca y en general todo lo interesante en Tulum está ahí y en el Pueblo. Así que para nosotros alojarse en esta zona puede hacer que tu estancia en Tulum sea todavía mejor. Aunque tendrás que pagar (y mucho) por ello.


Nosotros decidimos quedarnos cuatro días en Tulum como base de operaciones para visitar algunos de los lugares que más ganas teníamos de conocer en la Riviera Maya. A continuación os contamos cómo organizamos nuestros días:

DÍA 1 EN TULUM

Disfrutando en la playa del Dreams

En nuestro primer día  en Tulum, llegamos al Dreams Tulum Resort & Spa y comimos en el uno de sus restaurantes con vistas al mar. Como el hotel es tan grande, decidimos pasar el resto de la tarde explorándolo, disfrutando de la piscina y haciendo unas fotos.

Por la noche fuimos al pueblo de Tulum, dimos un paseo por ahí y cenamos en un restaurante muy chulo. 

Al llegar al hotel había una fiesta en la playa con música, DJ y luces. Nos gustó mucho el ambiente. Y bailar de noche en la playa con el mar de fondo me pareció una gozada. 

DÍA 2 EN TULUM

Reserva de Sian Ka’an

Para nuestro segundo día nuestra intención era ir a la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, así que nos levantamos a las 5 de la mañana para tratar de llegar lo antes posible y que nos diera tiempo a aprovechar el máximo el día ahí (sobre todo teniendo en cuenta lo que se tarda en ir y volver). Pedimos que nos preparasen un desayuno para llevar y cuando llegamos a la entrada del camino hacia la reserva nos dimos cuenta de que habíamos llegado demasiado pronto y que nos tocaría esperar una hora porque no abrían las puertas hasta las 07:00.

Tras una absurda espera por fin pudimos entrar, previo pago de 50 pesos por persona, y vimos que aquello iba a ser mucho más difícil de lo que pensábamos. La carretera no estaba asfaltada y era una sucesión de agujeros de distintos tamaños que no permitían poner el coche a más de 10-20 km/hora. El camino era terriblemente incómodo y cansado y no veíamos el momento de llegar. Habíamos leído que la carretera estaba mal y que desde la entrada de la reserva hasta Punta Allen (nuestro destino) se tardaba más de tres horas en llegar, ¡y eso que son solo 40 kilómetros!

Camino hacia Sian Ka’an

No sabemos si la carretera siempre está en tan mal estado o si nosotros tuvimos muy mala suerte (hemos leído que con las lluvias empeora mucho la cosa), pero realmente fue una tortura y teníamos que ir tan despacio que veíamos imposible llegar en esas condiciones. Finalmente conseguimos recorrer los 10km que separan el Centro de Visitantes de la entrada de la reserva e hicimos una parada que nos fue bastante útil. 

El centro de visitantes parecía vacío, pero después de un rato dando una vuelta por ahí, apareció un señor que creemos que vivía ahí y nos explicó que las excursiones que salen desde Punta Allen (lugar al que queríamos llegar), no estaban saliendo porque el mar estaba muy picado. Desde ese centro de visitantes se puede coger una barca que te lleva a Punta Allen, pero era muy caro y ante la posibilidad de llegar a nuestro destino y no poder hacer la excursión que queríamos, decidimos dar media vuelta y volver. 

Reserva de Sian Ka’an

Por lo que sabemos la Reserva de Sian Ka’an es el área protegida más grande del caribe mexicano con más de 650.000 hectáreas de extensión, posee una impresionante biodiversidad y varios yacimientos arqueológicos mayas. Aunque nuestra experiencia fue un desastre, seguro que volveríamos a intentar visitarla. Nosotros recomendaríamos ir en 4×4 hasta el Centro de Visitantes y ahí coger la barca que te lleva hacia Punta Allen y te incluye la excursión para hacer snorkel, ver delfines y tortugas marinas. La excursión dura unas 6 horas, incluyendo una hora de ida en barca hasta Punta Allen y otra de vuelta, y cuesta 7000 pesos por barca (unos 300€) a repartir entre 4 personas en tiempos de COVID por aforo limitado o 6 personas en tiempos pre-pandemia.

Después de ese absoluto fiasco, fuimos a Playa Paraíso con la intención de acercarnos a la zona arqueológica, la cual decidimos no visitar porque ya habíamos estado en Chichén Itzá y no nos apetecían más ruinas. Playa Paraíso nos pareció una pasada pero el día estaba revuelto, hacía mucho aire, el mar estaba picado y no era agradable estar ahí. También preguntamos por excursiones para hacer snorkel desde ahí pero ese día el mar estaba rebelde y no se podía hacer nada, así que aprovechando que teníamos todo incluido en el hotel, nos fuimos a disfrutar a la piscina, a tomar unos mojitos y relajarnos un poco. 

Piscina del Dreams Tulum Resort & Spa

Por la noche fuimos de nuevo al pueblo a dar un paseo y cenar. El ambiente de Tulum nos encantó y lo pasamos muy bien. 

DÍA 3 EN TULUM

Nuestro tercer día en Tulum comenzó muy temprano porque teníamos una actividad reservada a las 9 con los chicos de Bejil-Ha para recorrer algunos de los mejores cenotes de la zona con una excursión llamada Aguas Ancestrales

Conocimos la existencia de Bejil-Ha a través del canal de Alan por el Mundo y cuando vimos su vídeo supimos que si alguna vez íbamos a México, haríamos esa excursión. 

Ellos en su página web se definen como “una Sociedad Cooperativa conformada por un grupo de jóvenes de la Comunidad de Chemuyil, quienes a través recorridos ecoturisticos buscan concientizar a los visitantes y a su localidad de la gran importancia que tiene el cuidado de los cenotes y cuevas inundadas que existen en Quintana Roo.”

Excursión con Bejil-Ha

Nuestra excursión era un recorrido guiado en el que visitamos tres cenotes tipo cueva del tercer sistema de cuevas inundadas más largo del mundo. Este recorrido es ideal para todo viajero que busque conectar con la selva virgen y sitios místicos e imponentes. Y desde luego a nosotros  nos hizo conectar no solo con la selva sino con nosotros mismos. 

Al llegar al local nos presentaron a la otra pareja que iba a venir con nosotros y nos montamos en el coche. Mientras nos adentrábamos en la selva los chicos de Bejil-Ha nos contaron un montón de curiosidades sobre el lugar. Ellos pasaron su infancia jugando en los cenotes, allí aprendieron a nadar y disfrutaron muchísimo, pero al volver a esos lugares siendo mayores encontraron que estaban llenos de basura. Decidieron limpiarlos e iniciar este proyecto como parte de la conservación de los mismos para que todo el mundo pueda disfrutarlos como la maravilla que son hoy. 

Aguas Ancestrales con Bejil-Ha

Dejamos el coche en el bosque y nos llevaron a conocer a un anciano que vive en la propia selva donde se encuentran los cenotes y con el que hicimos un ritual maya para pedir permiso a los dioses para entrar en los cenotes ya que para los mayas son lugares sagrados. Ahí nos pusimos los neoprenos y caminamos hacia el primer cenote. Para entrar en él había que bajar por unas escaleras y adentrarse en una cueva completamente oscura y llena de estalactitas. Una auténtica maravilla. Durante todo el recorrido se llevan unas luces frontales que se utilizan no solo para iluminar la cueva sino también para iluminar el agua al bucear. La sensación que se tiene en esas cuevas es indescriptible. Son lugares realmente mágicos y los chicos de Bejil-Ha hacen que la experiencia sea de otro nivel. 

Hicimos varias paradas en los distintos cenotes para hacer fotos con la GoPro, para que nos contaran curiosidades, hacer inmersiones y nadar por las grutas de las cuevas. La conexión con nuestros propios sentidos fue alucinante.  Desde luego no podemos recomendar más esta excursión. 

Uno de los cenotes que visitamos durante nuestra excursión

Por la tarde fuimos a la playa de Akumal. Situada a pocos kilómetros de Tulum, este «lugar de tortugas» es un imprescindible en vuestro viaje a la Riviera Maya.

Playa de Akumal

La bahía de Akumal, declarada área marina protegida, está protegida por un arrecife, lo que hace que sus aguas sean muy tranquilas. Además, el fondo está cubierto de posidonia, un tipo de hierba marina de la que se alimentan las tortugas. Estos factores hacen de Akumal el hogar perfecto para ellas y un lugar único para poder verlas.

La bahía de Akumal es un lugar muy especial con una ventaja y una desventaja. Y vamos a contaros por qué.

La playa de Akumal es relativamente pequeña y para entrar en ella hay que pagar una entrada. Lo cierto es que, aunque el agua del mar si tiene un color espectacular, con tonos turquesas pero totalmente transparente, la zona de la arena está atestada de gente y el paisaje rodeado de hoteles, por lo que pierde parte de la belleza que debería conservar un lugar tan especial.

Para el avistamiento de tortugas tenéis que saber que dentro del mar, hay una línea de bollas que delimita la parte de nado libre (verde) y la parte en la que es necesario un guía (roja). Nosotros llegamos a última hora de la tarde y solo disponíamos de dos horas antes de que cerrase la playa, así que decidimos coger una excursión guiada porque no queríamos arriesgarnos a no poder verlas.

Tortuga en Akumal

Contratar un guía no es difícil, según llegas te van a acosar e intentar convencer de que la única forma de ver las tortugas es con ellos. Nosotros les dejamos las mochilas, nos dieron el material de snorkel y accedimos a la playa (para lo cual hay que pagar aunque no quieras guía). El tour es bastante sencillo, solo tienes que meterte al agua y el guía te va llevando y como mucho te señala cuando ve una tortuga para que sumerjas la cabeza y disfrutes del espectáculo. ¡Qué lugar tan alucinante! Solo necesitamos alejarnos unos metros de la playa para empezar a ver a estos increíbles animales nadando libremente por ahí. Las aguas están tan calmadas que puedes simplemente tumbarte boca abajo y disfrutar de la danza de las tortugas, verlas comer, sacar su cabecita del caparazón y volver a meterla… es realmente mágico. Y no solo vimos tortugas, también tuvimos el placer de encontrar manta-rayas, peces de colores entre los corales… un espectáculo. Por supuesto, todos los animales y su ecosistema deben tratarse con muchísimo respeto. No dejamos de ser extraños que invadimos su hogar así que debemos hacerlo con el máximo respeto posible e intentando no perturbarlos.

Tortuga en Akumal

¿Vale la pena coger una excursión con guía? Depende. Si queréis ahorrar dinero nosotros os recomendamos ir con tiempo y probar a nadar en la zona libre. Estará mucho más llena de gente y seguramente no veáis tantos corales, pero las tortugas nadan a sus anchas por toda la bahía, así que creemos que os será fácil verlas. Si después de un rato por ahí no las habéis encontrado o queréis ver algo más, solo tenéis que dirigiros al edificio donde se compran las entradas y ahí podréis contratar un guía sin ningún problema.

DÍA 4 EN TULUM

¡Qué rápido se nos estaba pasando el tiempo en Tulum! De repente ya estábamos en el cuarto día y decidimos ir a desayunar a uno de los locales eco-chic-cuqui de la zona hotelera. Tomamos un desayuno muy muy rico y muy instagrameable, pero muy caro; y ya con el estómago lleno y las energías al máximo, pusimos rumbo a la laguna de Yal-Kú.

Laguna de Yal-kú

Muy cerquita de Akumal se encuentra el hermoso lugar de Yal-Kú, una laguna en la que las aguas dulces de los cenotes cercanos se unen con el mar Caribe creando un ecosistema único lleno de vida. Miles de especies de peces nadan entre las rocas de este lugar tan especial.

Yal-kú

Para entrar pagamos una entrada de 280$MXN y recorrimos un caminito de tierra lleno de iguanas gigantes. En la la laguna hay un montón de rocas lisas donde dejar la toalla y encontrar algo de privacidad. Lo pasamos en grande nadando y alucinando con los colores y las formas de los peces. Lo cierto es que no teníamos muchas expectativas puestas en ese lugar y nos sorprendió mucho. Si Tulum amanece nublado y el mar no se pone de vuestra parte, como nos pasó a nosotros, desde luego es una buena alternativa.

Playa del Carmen

Después no sabíamos qué hacer y decidimos ir a Playa del Carmen, una de esas ciudades en la costa de la Riviera Maya plagadas de hoteles gigantes y completamente vendidas el turismo. Al principio no nos encantó, pero recorrimos la playa y encontramos un chiringuito en la playa con DJ y mucho rollo y la verdad es que lo pasamos fenomenal. Comimos y nos tomamos unos cócteles riquísimos. Estuvimos ahí bastante rato, charlando, escuchando a la DJ y bebiendo (el tequila mexicano es una auténtica maravilla). Y tras unos cuantos cócteles y un poco borrachillos, nos fuimos a descansar al hotel.

Como era nuestra última noche en Tulum, decidimos darnos un capricho y cenar en un restaurante en la zona hotelera que tenía muy buena puntuación en Google. El sitio era muy bonito y cenamos muy rico, pero nos pareció muy caro. En la zona hotelera todo es muy mono pero en nuestra opinión, excesivamente caro.

Al día siguiente nos levantamos prontito, nos despedimos de Tulum y del Dreams Tulum Resort and Spa para volver a playa del Carmen y a las 10 de la mañana dejar el coche que habíamos alquilado e ir a coger el ferry que nos llevaría a la maravillosa isla de Cozumel.

Lo mejor

La excursión de Bejil-Ha y las tortugas de Akumal

Lo peor

La carretera para llegar a la Reserva de Sian Ka’an

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