Madrid-Johanesburgo-Blyde River Canyon (5-7 abril)
Salimos de Madrid el 5 de abril a las diez de la noche y aterrizamos en Johanesburgo alrededor de las dos del medio día. Lo primero que hicimos nada más llegar al aeropuerto fue coger las tarjetas SIM para poder estar bien comunicados todo lo que iba a durar el viaje. Yo recomiendo mucho hacerse con una porque en Sudáfrica el GPS es muy útil y por no mucho dinero puedes tener la tranquilidad de estar siempre conectado. Cada tarjeta costó 12,7 euros y contratamos tres gigas de datos que fueron 17 euros extra. Las cogimos con la compañía Vodacom que no recomendamos especialmente porque nos dio algunos problemas. Por supuesto también cambiamos dinero, aunque tengo que decir que pensaba que lo íbamos a necesitar más y para lo único (o casi único) que es imprescindible es para pagar los peajes. Una vez hecho esto nos dirigimos a alquilar el coche a Budget, trámite necesario pero realmente tedioso. Ya lo habíamos reservado y pagado por internet y aún así tardaron mucho en dárnoslo (tened paciencia que la vais a necesitar).
Ya con nuestro Ford arrancado ¡Estábamos listos para comenzar realmente nuestra aventura!
Así que con mucho cansancio pero muchas ganas de explorar nos dirigimos a nuestro hotelito en Johanesburgo: The Residency Jellicoe. Habíamos leído que el centro de Johanesburgo era bastante peligroso así que decidimos alojarnos en el barrio de Rosebank. El hotel era realmente estupendo. Con parking dentro, mucha seguridad y una habitación-apartamento con todo lo necesario para vivir. No recuerdo qué hora era cuando llegamos a la habitación pero sí que estábamos agotados y al día siguiente teníamos que madrugar muchísimo así que decidimos darnos un baño en la bañera, descansar un ratito e ir a cenar. Era ya tarde así que fuimos al primer sitio que encontramos en un pequeño centro comercial cercano al hotel. Una hamburguesería llamada Burger Rack donde comimos realmente muy bien (aunque no tenían cerveza) por 17 euros dos personas y lo recomendamos mucho. Con el estómago ya lleno tocaba descansar y dormir.
¡Primera mañana en Sudáfrica! Nos levantamos a las 4am porque teníamos que un viaje de más de 7 horas hasta llegar a la reserva privada de Kapama y queríamos visitar de camino el Blyde River Canyon.
La carretera estaba fenomenal y no tuvimos ningún problema para llegar hasta el parque.
Blyde river Canyon
El cañón del río Blyde es el tercer cañón más grande del mundo y una de las grandes maravillas naturales de Sudáfrica. Tiene una longitud de 25 km y una asombrosa diversidad de flora y fauna. Es un sitio tanto para pasar un día parando solo en los puntos más relevantes y disfrutando de las majestuosas vistas del cañón, como para pasar dos o tres días haciendo excursiones, bañándose en el río, montando en bici, buscando hipopótamos, antílopes y disfrutando de su belleza natural y sus colores.
Nosotros no teníamos mucho tiempo, solo estábamos de paso, así que no podíamos alargarnos mucho en las paradas y queríamos hacernos una idea de la inmensidad del cañón pero sin separarnos demasiado del coche.
La primera para que hicimos fue a la God’s window (1 euro por persona), el mirador más famoso del parque. Aparcamos sin dificultad. Dentro del recinto del mirador hay varios “mini” miradores y un paseo precioso entre árboles y matorrales y muchas escaleras hasta la God’s window propiamente dicha. Nosotros no tuvimos suerte y ese día estaba muy nublado así que no pudimos disfrutar de las vistas pero sabemos que en un día despejado son espectaculares. Una bonita parada que disfrutamos mucho.
La segunda, que estaba a unos pocos kilómetros fue Lisbon Falls (0,6 euros). Un lugar precioso, muy accesible y en el que nada más bajarse del coche se ven unas cascadas impresionantes con un río bajo ellas y preciosas y verdes montañas detrás. Una parada realmente muy recomendable. Ya nos estaba enamorando Sudáfrica y solo llevábamos unas horas ahí. Pero nuestro asombro fue absoluto cuando llegamos a Lowveld view un lugar realmente impresionante. Se veía todo el cañón con su inmensidad y sus colores. Este mirador es gratuito y para mi es el que más vale la pena.
Cuando nos fuimos de Lowveld ya se nos había hecho muy tarde y no pudimos parar más.
En conclusión, Blyde River Canyon es un parque que vale la pena visitar sin lugar a dudas. Se puede estar medio día como nosotros aunque si se dispone de tiempo nosotros aconsejamos estar un día por lo menos porque hay muchas excursiones que se pueden hacer andando, miradores para ver el cañón desde distintos puntos y pueblecitos con mucho encanto donde alojarse.
Nosotros que estamos un poco locos y nos gusta la aventura, apuramos el tiempo en el cañón todo lo que pudimos y entramos en Kapama a las 8 de la tarde cuando ya estaba completamente oscuro. ¡Suerte que llegamos a tiempo para la cena!
Continúa leyendo nuestras aventuras en Sudáfrica en el siguiente artículo… ¡Nos vamos de safari!
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