Goidhoo, un remanso de paz en Maldivas

goidhoo

Después de explicaros nuestros trucos y consejos para organizar un viaje a Maldivas, en este artículo os vamos a contar cómo fue nuestra experiencia en la primera isla local que visitamos: Goidhoo.

Como sabéis, nuestro vuelo a Maldivas llegó demasiado tarde y ya no había barcos que nos llevasen a Goidhoo, por lo que tuvimos que hacer noche en Hulhumale y al día siguiente ya pudimos poner rumbo a nuestro primer destino en Maldivas.

Tras una hora y media de trayecto (previo pago de 65$ por persona) llegamos a esta preciosa y curiosa isla en mitad del océano Índico. Goidhoo es una isla que tiene apenas 500 habitantes y tres pequeños alojamientos. Es uno de esos lugares para desconectar de todo. En el puerto nos estaba esperando Jordy, el dueño del Olive Goidhoo, un hotel que nos hizo sentir como en casa. 

Goidhoo es calma, es paz, es ver como el mundo se para pero no de una manera impostada. Goidhoo es realidad. Con muy pocos habitantes y un turismo casi anecdótico, en Goidhoo puedes conocer la parte más auténtica de Maldivas.

Olive Goidhoo

Goidhoo no es muy grande y, como la gran mayoría de islas, no está asfaltada. Puedes recorrerla caminando o en bicicleta, aunque los locales se suelen mover en moto. Aquí no hay restaurantes ni nada asociado al turismo más allá de los tres hoteles. Para nosotros eso no fue un problema porque comemos de todo y estábamos abiertos a lo que la isla nos quisiese ofrecer, pero si tenéis algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria, tenedlo en cuenta porque la oferta gastronómica de Maldivas es algo limitada. Seguro que en el hotel os ayudan.

El día que llegamos nos dedicamos a recorrer la isla y ver sus playas. Es indescriptible la paz que se respiraba ahí. Todo virgen y salvaje. Nos dimos unos baños estupendos y alucinamos con la cantidad de murciélagos que sobrevolaban los árboles. 

Todas las casas son bajitas así que desde cualquier punto de la isla se puede apreciar la exhuberante vegetación y la inmensidad de los árboles. 

Al día siguiente, después de un típico desayuno de Maldivas, el dueño del hotel nos llevó a 4 de los huéspedes a hacer una excursión por el mar. ¡Qué increíble fue! Paramos en varios puntos donde había coral vivo y podían verse un montón de peces, pulpos y tortugas. Luego nos llevaron a una isla diminuta completamente virgen a pasar un rato. Era como estar en el paraíso. 

Después de la excursión paseamos más por la playa, nos tumbamos en una hamaca y vimos las estrellas. ¡Se veían tan bien y tan brillantes!

Al día siguiente dimos un paseo, nos bañamos en el mar y nos despedimos de ese pequeño remanso de paz. Goidhoo es perfecto para pasear, pensar, ver el cielo y las estrellas, sentarse y mirar el mar, ir más despacio, respirar y descansar.

Finalmente cogimos el barco de Goidhoo a Malé y ahí esperamos al barco que nos llevaría a Ukulhas, nuestra siguiente isla (puedes leer el artículo aquí). Estos paseos en barco entre islas no son nada agradables. Los barcos son incómodos, se mueven mucho y es como ir en un autobús barato pero por el mar y a un precio bastante caro. Creemos que probar diferentes islas puede ser muy buena idea, pero aconsejamos mucho investigar bien los trayectos que hay que hacer y los horarios de los barcos.

Pros y Contras de Goidhoo

Pros:

  • Tranquilidad y paz
  • No hay turismo – Playas vacías
  • El Olive Goidhoo

Contras:

  • Lejos de Malé (65€ persona/trayecto)
  • No hay oferta gastronómica
  • No tiene las mejores playas
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